martes, 26 de julio de 2011

Es una pausa

Mucho hablamos antes de vernos, pero ya sabía, desde que comenzamos a pelear, que eras tú.
Nos vimos y se sintió mejor que reconocer a un viejo amigo.
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Me complementas,
me haces reir,
me haces llorar de pena,
pero mil veces también de alegría,
me pones a prueba,
eres impredecible,
único
y te lo diría cada día,
eso y más para hacerte sonreir.
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Lamento cada día que nos hayamos separado, porque esto para mí era tan real como respirar.
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Hace un año estabas aquí.
Abrazados, como si ese momento
fuera a ser eterno
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Hoy cumpliríamos 2 años (oficialmente) juntos,
mi amor,
vuelve a decirme que solo
es una pausa

jueves, 3 de marzo de 2011

A-do-le-ce

Ooooh sorpresa! Buscar el blog en internet para entrar y descubrir que hay alrededor de 500 blogs que tienen el mismo título que el tuyo.

Bueno, olvidar el nombre que estuve horas craneando hizo que mi ego de escritora se removiera de sus polvorientos aposentos.

Incluso, había olvidado la contraseña...

Cuando logré dar aquí, fue como encontrar un viejo cuaderno del colegio: había que revisar con cautela y de a poco ir saboreando la satisfacción que invade un recuerdo.

PERO NO!

Me topé con una adolescente emo y desdichada, que estaba a un paso de suicidarse y que se sentía miserable de su existencia. Odiaba todo lo que había ganado y su único gancho a tierra era sentir que alguien la amaba, aunque fuera su familia, aunque fuera su novio.
Que veía el cielo gris todos los días y aunque fuera positiva, siempre había más de un pero.
Ella era quien tomaba el control de su mente para dárselo a los perros, dejando que ellos ladraran y orinaran sobre ella.

Sí, me dio nauseas.

Pero nadie (en el origen mismo de la palabra) "adolece" para siempre. Esa es la gracia de crecer y lo mejor, es que había algo de potencial.

Con este pensamiento en la cabeza, me siento orgullosa de haber olvidado la contraseña, quizás es una buena señal de que mi adolescencia va a terminar pronto.